Seguidores

domingo, 4 de marzo de 2012

Lo fácil, lo hacemos difícil.

Y un buen día te pones a pensar, asomada a la ventana mientras te fumas un cigarro en todo lo que has hecho a lo largo de tu vida, en lo malo y lo bueno. En lo que has ganado y en lo que has perdido, lo que has llorado y todo lo que has reído. Todas las cagadas monumentales que pensabas que no tendrían remedio y lo que te esforzaste para arreglarlas. Piensas en tus verdaderos amigos y en todas las falsas amistades que han pasado por tu vida. En tu familia... En los que ya no están y en los que siguen ahí. En tu gran amor y en absurdos romances que has tenido. Y después acabas pensando en el futuro, en que pasará porque la vida da muchas vueltas, tantas que puedes acabar algo mareada, aturdida y por momentos te pierdes, ya no sabes donde estás o donde tendrías que estar. Piensas en que habría pasado si... Las veces que te has caído y te has levanto habrán servido para algo... Tantas preguntas sin respuesta y al final después de todo lo único que has conseguido es que el cigarro se te consuma mientras empiezas a notar que hace frió y que lo mejor es acostarse, mientras te metes en la cama y te tumbas, suspiras, cierras los ojos y miles de fantasías empiezan a revolotear por tu mente y llegas a la conclusión de que el pasado ya es pasado, que de errores no se aprende, que un clavo no saca a otro, que la amistad no es como el mar y que no todo se olvida.

No hay comentarios:

Publicar un comentario