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jueves, 22 de noviembre de 2012

Síntomas de un buen ciego.

Científicamente la gente que tiene carreras sobre medicina o que verdaderamente saben de esto, definen y enumeran sus síntomas así:
Después del consumo de porros aparece cierta euforia, con una sensación progresiva de bienestar corporal, hilaridad, comunicación fácil y mayor sugestionabilidad. Subjetivamente se agudizan todas las percepciones, especialmente las visuales y auditivas. Se altera la percepción del espacio y la medida del tiempo, así como la memoria inmediata. Es dificultosa la realización de tareas concretas y se alargan los tiempos de reacción.
Los que somos de calle lo solemos llamar un buen ciego y definimos y enumeramos así los síntomas:
Después de haber fumado un porro sientes como se te van cerrando poco a poco los párpados hasta el punto de no poder juntarse más y conseguir estar despiertos a la misma vez, notas que se quita mientras que los demás te los siguen viendo igual de cerrados y se te hincha la parte superior e inferior del párpado. A continuación de esto, te entra una sensación de bienestar contigo mismo y te ríes por todo lo que pase a tu alrededor: Llegas a la fase habladora, donde no eres capaz de parar de hablar, se te seca la boca hasta el punto de no llegar a conseguir escupir ni la más mínima gota de saliva. Te entra la vergüenza ajena de que te vean con todo el cebollón que llevas y con los ojos que parecen dos aceitunas (hinchados y medio cerrados), empiezas a marearte y a pensar que te vas hacia los lados cuando en realidad estás andando perfectamente. Por último llega lo que viene siendo el hambre o como las susodichas personas que ingieren esta susntancia: "hama" donde después de haber comido te quedas con una relajación continua. 



CONSEJO:Fumen de pie si no están acostumbrado, si no lo hacen, por consecuente os puede entrar una de las famosas "chungas" y con eso olvidaos de los síntomas anteriores.

lunes, 5 de noviembre de 2012

No todo lo que reluce es oro.

He aprendido que los amores, pueden llegar por sorpresa o terminar en una noche. Que grandísimos amigos pueden convertirse en grandísimos desconocidos, y que por el contrario un desconocido puede convertirse en alguien inseparable. Que el "nunca jamás" nunca se cumple, y que el "para siempre" siempre se rompe. Que el que quiere lo puede, lo sigue, lo logra y lo consigue. Que el que arriesga no pierde nada, y el que npo arriesga no gana. Que el físico atrae pero la personalidad enamora. Que si quieres ver a alguien, díselo, mañana será tarde. Que el sentir dolor es inevitable, pero el sufrir es opcional. Y sobretodo he aprendido que no sirve de nada seguir negando lo evidente.