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domingo, 13 de mayo de 2012

Varios principios y ningún final.

Desde que tengo el sentido de la credibilidad, y el don de la orientación, aprendí que no es más fuerte quien no llora, si no el que se deja ver derrumbado. Que no es más grande quien más ocupa, sino, quien más vacío deja cuando se va. Aprendí que todo no es color de rosa, y que lo que cuesta conseguir...es porque vale la pena conseguirlo.
Cuando te vi pensé que serías como los demás...que se comen una y cuentan veinte, o al que le encanta tener páginas sueltas escritas con varias, pero no un libro completo con alguien. Aún así me fijé en ti, fuiste una de las pocas personas que logró atrapar mi atención y concentrarla toda en tus ojos, esos ojos que ahora me gusta mirar. 
Me dije a mi misma que no lo conseguiría, y lo abandoné pero nunca lo olvidé, seguías latente dentro de mi...hasta que llegó el día, el día que empezaste a creer en mi cuando ni yo misma lo hacía, el día que me atreví a dar el paso, ese día que jamás olvidaré y que desde entonces es el principio de un cuento que no tiene fin.
Tantas noches de verano compartiendo el mismo banco, los mismos pensamientos, las mismas risas producidas   por simples tonterías que salían de nuestras bocas que pedían a gritos que nos besáramos. Compartíamos las mismas ganas de seguir allí y no marcharnos nunca, de hecho, cada día compartíamos más...Hasta que llegó el segundo principio, el principio de un diecisiete que terminó en decepción por ambas partes. Creímos tenerlo todo el uno del otro y no teníamos nada. 
Comenzamos una etapa nueva como amigos, que era por donde debimos empezar la primera vez, todo fluía como el aire cálido en las noches de verano que obtuvimos los dos, pero no todo se había perdido, lo que un día fue tuyo, desde aquel veintiocho de junio es mío.
Éramos como...¡Bah! Para qué engañarnos en ese tiempo no éramos nada, éramos dos inestables que no sabían lo que querían...Aún así éramos dos personas compartiendo el mismo tiempo, el mismo espacio, y la misma saliva todavía.
Pasó septiembre y cada noche me arrepentía más de haber terminado con esa historia que logramos empezar.
Seguimos como siempre. Por suerte,algo dentro de mi se activó y empecé a sentir cosas que no sentía, cosas que no llegué a sentir por nadie. Despertaste algo nuevo en mi, y me dí cuenta que me faltaba muy poco para estar completamente segura de que mi adicción a ti no era simple adicción...Pero, una vez más te me adelantaste, diste el paso antes que yo, y te la jugaste por mi, lo arriesgaste todo a una carta, y el domingo once de diciembre, yo tan tranquila en tuenti, veo un parpadeo leve de alguien que me hablaba, mis ojos se abrieron como nunca se habían abierto al ver tu nombre clavado en la pantalla y mil sentimientos pasaron por mi mente al ver aquella frase "Tenemos que hablar", las tres palabras que te pueden cambiar la vida, bien sea a mal o a bien, en ese caso para mi, fue a bien no, a perfectísimo. Me hablabas en clave, hasta que no tuve más remedio que pensar y darme cuenta de que no era nada malo, de que ya no me hablabas como amigo...Me hablabas diferente, y entendí que quisieras hablar todo esto en persona...y el día doce debajo de aquel puente con el frío, me dijiste que si era un si o un no, que en mi mano estaba nuestro futuro. Me la jugué de nuevo y acepté ese contrato sentimental que hasta hoy tenemos. Y cada día me doy más cuenta de que valió la pena jugarme la poquita felicidad que me quedaba en una sola persona. 
¿No hay segundas partes buenas? ¿Quien confirmó esa regla? 
Desde ese día no quiero cerrar el libro que estamos escribiendo, paso de página continuamente, porque en todas apareces tú, estás al completo. Eres mi total presente, fuiste mi bonito pasado y serás mi perfecto futuro.
Hoy catorce de mayo, son cinco meses y dos días que llevo contigo, y son los días más bonitos que he vivido en todo lo que llevo de vida, a ti me entregué por primera vez, y a ti me entregaré siempre, porque te querré hasta el fin de mis días, eres quien pinta mis días grises, el que le da sentido a mis noches, y el que me emociona a todas horas. Eres la persona que más me ha demostrado su amor en el poco tiempo que llevamos, y digo poco porque es poquísimo comparado con lo que nos queda Josema.
Te amo, y será así por siempre, te lo juro.

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